23 de mayo de 2007

“Oh dios mío, estos veganos…”




En el actual debate entre aquéllos que promueven el enfoque abolicionista y aquéllos que promueven el enfoque bienestarista, algunos de los bienestaristas alegan que ellos apoyan el veganismo, así que por eso hay, en realidad, poca diferencia entre los dos enfoques respecto de la cuestión de comer y usar productos animales.


Dado que los bienestaristas apoyan el veganismo, es importante entender que la posición abolicionista en relación al veganismo es muy diferente de la posición bienestarista sobre el veganismo.


El abolicionista ve al veganismo como una base moral no-negociable, de un movimiento que sostiene que debemos abolir todo uso de los animales, sin importar cuán “humano” pueda ser el tratamiento de los animales. La posición abolicionista mantiene que los no humanos tienen valor inherente y que nunca deberíamos matarlos o comerlos aún si ellos hubieran sido criados y matados “humanitariamente”. Los abolicionistas consideran al veganismo como un fin en sí mismo –como una expresión del principio de abolición en la vida del individuo.


Los veganos abolicionistas no hacen campañas por las reformas bienestaristas que supuestamente hacen más “humanitaria” a la explotación animal. Por supuesto, es “mejor” infligir menos daño que más daño, pero, en primer lugar, no tenemos justificación moral para infligir ningún daño a los no humanos. Es “mejor” no golpear a la víctima de una violación pero esto no hace, a la violación sin golpes, moralmente aceptable, ni supone que deberíamos hacer campañas por la violación “humanitaria”.


Los abolicionistas consideran al veganismo como la forma más importante de cambio progresivo y gastan su tiempo y recursos educando a otros acerca del veganismo y la necesidad de dejar de usar animales por completo, más que tratar de persuadir a la gente de comer huevos “libres de jaulas” o carne que se obtiene de animales que han sido confinados en corrales más grandes.


Además de que los bienestaristas llaman "veganismo" casi a cualquier cosa, ellos ven el veganismo no como un fin en sí mismo sino meramente como un medio de reducir el sufrimiento animal. No consideran el uso de los animales como el principal problema; piensan que puede ser aceptable para los humanos matar y comer no humanos y que el principal problema es cómo tratamos a los animales. Los bienestaristas que promueven el veganismo argumentan que, dado que es difícil obtener comida animal que haya sido producida de una manera moralmente aceptable, deberíamos ser veganos en su mayor parte, pero que es aceptable ser veganos “flexibles” y comer también productos no veganos. Debido a que los bienestaristas focalizan en el tratamiento más que en el uso, hacen campañas por cosas como los huevos “libres de jaulas” o de alternativas para las celdas de gestación.


La mayoría de aquéllos que adhieren a este punto de vista concuerdan con la posición del teórico utilitarista Peter Singer, quien proporciona un ejemplo excelente de “veganismo” bienestarista.

Singer no piensa que sea necesariamente un problema que usemos no-humanos para propósitos humanos, porque no considera la matanza de animales como necesariamente inmoral. De acuerdo a Singer, los animales (con la excepción de los grandes simios y quizás unas pocas otras especies) no son auto-conscientes y realmente no les importa que los usemos sino únicamente cómo los usemos. Esto lleva a Singer a decir que puede ser moralmente aceptable el ser “omnívoros conscientes” si somos cuidadosos de comer solamente animales que han sido criados y matados en una forma “humanitaria”.

Por ejemplo, en una entrevista del año 2006 en The Vegan, Singer afirma:

Para evitar infligir sufrimiento a los animales –sin mencionar los costos ambientales de la cría animal intensiva-, necesitamos reducir drásticamente los productos animales que consumimos. ¿Pero eso significa un mundo vegano? Esta es una solución, pero no necesariamente la única. Si es la provocación de sufrimiento lo que nos preocupa, más que la matanza, entonces puedo también imaginar un mundo en el que la gente coma mayormente alimentos vegetales, pero ocasionalmente se de el lujo de comer huevos de campo libre, o posiblemente incluso carne de animales que viven buenas vidas bajo condiciones naturales para sus especies y después se les mata humanitariamente en la granja.
En la entrevista de Mayo de 2006 en Mother Jones, Singer manifestó:
Hay un poquito más de lugar para la indulgencia en todo en nuestras vidas. Sé que algunas personas son veganas en sus hogares pero que si van a un restaurante chic, se permiten a sí mismos la lujuria de no ser veganos esa noche. No veo nada realmente malo en eso."
”No como carne. He sido vegetariano desde 1971. Me he ido volviendo gradualmente cada vez más vegano. Soy mayormente vegano, pero vegano flexible. No voy al supermercado y compro productos no veganos para mí mismo. Pero cuando viajo o voy a casas de otras personas, me alegraré de comer de forma vegetariana más que vegana
En una entrevista de la revista neo-bienestarista Satya, Singer dijo:
Cuando haga compras para mí mismo, seré vegano. Pero cuando estoy de viaje y es difícil conseguir comida vegana en algunos lugares o lo que sea, seré vegetariano. No comeré huevos si no hay huevos de campo libre, pero si hay, los comeré. No pediré un plato que sea íntegramente de queso, pero no estaré preocupado, digamos, si un curry vegetal de la India fue cocinado con mantequilla clarificada.[1]
Singer argumenta que hay veces en las que tenemos la obligación moral de no ser veganos:
«Pienso que es más importante tratar y producir un cambio en la dirección correcta que ser personalmente puro uno mismo. Así que cuando esté comiendo con alguien en un restaurante, y pida algo vegano pero cuando llega lleva un poquito de queso gratinado o algo sobre él, a veces los veganos arman un escándalo y lo devuelven y esto puede significar que la comida sea desechada. Y si está en compañía de gente que no es vegana o ni siquiera vegetariana, pienso que probablemente hacer esto es erróneo. Sería mejor simplemente comerlo, porque si no, la gente se sentirá inclinada a pensar: ‘Oh dios mío, estos veganos…’”
Por supuesto, no existe diferencia moral que pueda trazarse entre la carne y los productos lácteos o los huevos. Por tanto, Singer estaría poniéndose en la posición de que si fueran a un restaurante con personas no vegetarianas y pidieran una comida vegetariana que fuera servida con pequeñas porciones de jamón u otros productos cárnicos sobre ella, o si el invitado no vegetariano les sirvió carne en la comida de una fiesta, pueden muy bien estar obligados a comer la carne para evitar que la gente piense, “Oh dios mío, estos vegetarianos…»
Discuto la opinión de Singer sobre el tema de matar animales a lo largo de mi ensayo El lujo de la muerte.

El enfoque de Singer en el trato en vez de en la matanza de los animales conduce a la posición de que el veganismo es simplemente una de entre otras maneras de reducir el sufrimiento, pero que no hay nada de obligatorio o requerido en relación al veganismo, porque no hay nada inherentemente malo con matar animales. De hecho, Singer considera que ser un vegano consecuente es ser “fanático”.


Y muchos bienestaristas hablan acerca del veganismo en este modo. Por ejemplo, Paul Shapiro, Director de la campaña de Cría Intensiva de la HSUS, afirma:
«La razón por la que soy vegano es porque lo veo como una herramienta para ayudar a reducir el sufrimiento. Vegan Outreach escribió sobre este tema en detalle, y concuerdo con ellos. Escriben que comer vegano ‘no es un fin en sí mismo. No es un dogma o religión, no es una lista de ingredientes prohibidos o leyes inmutables –es solo una herramienta para oponerse a la crueldad y reducir el sufrimiento.’»
En otras palabras, el veganismo es solo otro modo, junto a jaulas más grandes y otras reformas bienestaristas, de reducir sufrimiento. Así es como Shapiro aparentemente justifica promover huevos “libres de jaulas” como “socialmente responsable,” hacer campaña para otras reformas bienestaristas, y trabajar como parte de la coalición que apoya la etiqueta de Certified Humane Raised and Handled [Certificado de Cría y Manejo Humanitario].

Para los bienestaristas, el tema básico es el trato, no el uso de los animales. Como Singer expone:
Es bastante difícil ser un omnívoro consciente y evitar todos los problemas éticos, pero si uno fuera realmente riguroso en comer sólo animales que han tenido buenas vidas, esto podría ser una posición ética defendible.
En febrero de 2007, tuve un debate en el podcast con Erik Marcus de Erik’s Diner. Marcus es un promotor entusiasta de la insignificante reforma del bienestar animal, incluyendo los huevos “libres de jaulas”.

Pero, como el debate hizo dolorosamente obvio, Marcus exageró ampliamente la protección ofrecida a los animales por la regulación bienestarista, a pesar de que no tenía la más mínima idea acerca de los hechos relevantes. Más aún, era totalmente inconsciente de cómo las reformas bienestaristas están haciendo la explotación animal socialmente más aceptable e incrementan el consumo, y también de cómo estas reformas están en los intereses económicos de los explotadores institucionales de animales. Un ensayo del sociólogo británico Dr. Roger Yates revela la sorprendente ignorancia de Marcus y sus asesores de la HSUS acerca de las bases de la explotación animal institucionalizada.


Marcus, como los otros “veganos” bienestaristas, afirman que es aceptable comer comida que no sea vegana siempre y cuando ellos sean “esencialmente veganos” y promueve regularmente los productos animales producidos supuestamente de forma más “humanitaria”.


Esta actitud poco seria acerca del veganismo es característica de los bienestaristas. En el artículo de diciembre de 2006 acerca de Dan Mathews, Mathews y el escritor fueron a McDonald’s a comer, y el escritor preguntó si estaba bien pedir una hamburguesa de queso. Se informó que Mathews dijo “Pide lo que quieras [...] la mitad de nuestros miembros son vegetarianos y la mitad piensa que es una buena idea” Dejando de lado que Mathews come en McDonald’s y que le dice al periodista que ordene lo que él quiera, y que proclama sin consternación aparente que solo la mitad de los miembros de PeTA es “vegetariana” (menos aún vegana), el mismo Mathews comió un producto –la “hamburguesa vegetariana”-, que ni McDonald’s alega que es vegetariana dado que se cocina en la misma parrilla con productos cárnicos y es manejada junto a productos animales.


El abolicionista rechaza la posición bienestarista acerca del veganismo porque explícitamente apoya tanto el especismo como la explotación, pero también porque es contraproducente como una cuestión de estrategia. Si explican a una persona que no hay justificación moral para comer ninguna comida animal, puede que ella no deje de comer todo ya mismo, pero han sentado una posición clara y consistente y han ofrecido un objetivo claro al cual aspirar. Si le dicen que es moralmente aceptable hacer algo menos que convertirse en vegano, pueden tener la certeza de que es improbable que ella vea la necesidad de ir más allá. Si tenemos a gente como Singer, el llamado “padre” del movimiento, diciéndole a la gente que pueden actuar moralmente siendo “omnívoros conscientes,” esto es exactamente lo que muchas personas harán.

En conclusión, hay un mundo de diferencia entre el veganismo del abolicionista y el “veganismo” del bienestarista. El último ve al veganismo como un medio de reducir el sufrimiento, pero no lo ve como una base moral.


Hay un mundo de diferencia entre una persona que toma la posición de que el sexismo está siempre mal y la que dice que deberíamos ser “flexibles” acerca del sexismo y permitirnos a nosotros mismo la “indulgencia” de un poco de sexismo, o incluso que tenemos una obligación moral de comprometernos con el sexismo en ciertas circunstancias porque deberíamos evitar producir la reacción, “Oh dios mío, estos feministas…”

Nota:

[1] Ghee, en el original. En España, se diferencia entre la manteca (producto cárnico) y la mantequilla (producto lácteo)



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